Crecí viendo tejer a mi madre, la veía mover incansablemente la aguja garabateando movimientos en el aire que se transformaban luego en cientos de cosas, blancas o de colores.
Mi madre siempre tenía algo para tejer, su bolsa “del tejido” la acompañaba a todas partes como una prolongación de su cuerpo y de su alma.
Pasaron muchos años y de casualidad una tarde de lluvia, descubrí que yo podía tejer crochet sin que nadie me haya dicho como hacerlo…
Hoy sé que, mamá me enseño en silencio, con miradas, con su corazón…
Hoy sé que, cuando mi madre tejía soñaba, volaba, reía, imaginaba y quizás hasta algunas veces… lloraba!!!
Por esto digo que los accesorios de Pimpa los tejen mis manos… pero más mi corazón!!
Que linda historia!!! Me ENCANTA !!!
Muchas Gracias !!❤️🌟